La idea de tener una huerta se asocia por lo general a las personas que viven en el campo, en pueblos alejados, de entornos mayoritariamente rurales, pero no a las ciudades. Un concepto que ha estado cambiando en los último años, el pensamiento de que en las ciudades no hay suficiente espacio para tener una huerta se ha ido modificando.

Los motivos para empezar con tu propio huerto urbano pueden ser muchos:

Cultivar alimentos naturales, libres de insecticidas dañinos. Poder cosechar productos frescos sin que hayan sido manipulados en la cadena de comercialización lo cual lo hace a uno más responsable con el medio ambiente y comer de manera mas saludable son los factores de mayor peso.

Cuando cultivás tus propios alimentos, tu relación con la comida se vuelve distinta. El hábito de plantar y cosechar incita a las personas a comer más sano, valorando las opciones naturales, que son altamente nutritivas.

Un huerto hace que tu contacto y respeto por la naturaleza sea mucho mas intenso. Podemos conseguir que nuestro hogar sea un lugar más agradable y saludable si implantamos una huerta en el jardín.

Contrariamente a lo que se pueda pensar, tener un pequeño huerto en la terraza o jardín es más fácil de lo que pensás. Cultivar, hacer crecer, cosechar y comer tus propios alimentos es una de las actividades más gratificantes que nos podemos experimentar, hará que ahorres en tu compra del super sin contar los valores que aporta tener un huerto cerca de la casa.

Si tenés una comunidad cerca que cultive sus propios alimentos, es posible intercambiar, comprar y vender mercancías. Esta práctica termina por fomentar el desarrollo de la economía y de nuevas empresas locales. Puedes rescatar el sentido de comunidad y ayuda mutua entre los vecinos.

Otro factor a considerar es que la agricultura intensiva a gran escala tiene muchos factores negativos como la pérdida de productividad de los suelos, por lo tanto, cosechar los propios alimentos permite la descentralización de la producción, ayudadando a conservar el suelo y reduciendo la huella de carbono que deja el alimento entre el productor y el consumidor final, asímismo, fomenta la creación de tiendas y productores independientes y disminuye la cantidad de desechos.

Tener una huerta en el jardín es básicamente aprovechar las técnicas de cultivo de nuestros antepasados pero en espacios más pequeños. En la actualidad contamos con muchos materiales con los que podemos aprovechar cualquier espacio que tengamos en la casa con el fin de crear nuestro propio huerto solo ocupás un mínimo de 5  horas de luz al día y comenzar a ser parte del cambio.